En el marco del programa Charlas Ciudadanas de BibloRed, La Biblioteca Público Escolar Sumapaz tuvo la oportunidad de recibir a Clara Rojas, víctima de la violencia en Colombia y ex secuestrada, quien abrió el corazón a los sumapaceños, compartió su experiencia y cómo ha sido su vida después de este suceso.
Su principal razón para no desfallecer fue su hijo Emmanuel, cuyo nombre escogió por su significado: “Dios está con nosotros”. La disciplina aprendida en su entorno familiar, la aplicó en el cautiverio, lo que le permitió a pesar de todo organizar su día a día.
Una de las preguntas que enmarcó este conversatorio fue ¿cómo llegó a perdonar lo que le sucedió? es ahí donde su respuesta, nos presenta a Clara Rojas como un ser resiliente. Cuenta que, si no fuera por la capacidad de adaptarse de manera positiva a la adversidad, transformar sentimientos, desear nuevas oportunidades, visibilizar la vida en familia y con ello aprender a perdonar, hoy no estaría contándonos su historia.
La importancia de tener metas para un futuro mejor y el desarrollo del amor propio, como parte de la formación personal e intelectual como seres humanos fue uno de los grandes aportes que nos dejó Clara, en especial a los jóvenes estudiantes que se encontraban en el recinto.
Clara nos compartió que siempre ha estado en un ambiente donde las palabras son suaves con argumentos fuertes, lo que la hace estar en contra de la violencia verbal, un mensaje para que cada día le apostemos a la educación de cada ser humano, para hacer una interpretación de lo que aprendemos, hablamos, como lo expresamos y sobre todo qué causa en el estado emocional de cada uno de nosotros, ¿podemos entonces desarrollar la capacidad de la resiliencia para transformar nuestra vida?, es una pregunta que nace de la lectura de los diferentes contextos donde vivimos.
El mensaje que nos deja Clara con este emotivo conversatorio a los sumapaceños es que debemos desarrollar la capacidad de soportar a la adversidad, reconstruirnos y con ello perdonar, una capacidad que al desarrollarse en la colectividad aportará a la construcción de la paz territorial y forjará grandes cimientos para que sea duradera y trascienda fronteras.
