Por: María Camila Garzón
A sus 22 años, Luisa Valentina Pacheco, conocida como Laucha, ha encontrado en la música una manera de darle sentido a lo vivido. Su proyecto artístico, Alma hecha paisaje, nació en medio de experiencias dolorosas que ella transformó en canciones: “Yo creo que es muy loco, pero a los artistas nos inspira un montón el dolor. Ha sido bonito poder transformarlo”, asegura.
El camino de Luisa comenzó en 2023, tras la pérdida de un amigo cercano que la impulsó a escribir y a reunir a sus amigos para tocar en vivo. De esas primeras sesiones nació Reflejo de cielo, su primer sencillo, con el que inició un proyecto que explora emociones profundas y la conexión con los elementos de la naturaleza. Ella lo resume así: “Soy una persona híper emocional y me siento conectada con el agua, con los elementos. De ahí viene la idea de mi disco”.
Pero la historia de Luisa no puede entenderse sin la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo, un espacio que entró en su vida por casualidad y que hoy es parte de su identidad artística. Tras mudarse al sector, una amiga de su madre le habló de los talleres gratuitos que allí se ofrecen. Con curiosidad, asistió a uno de ellos y la experiencia fue reveladora: “Yo vine un día a un taller y me pareció como una universidad, pero gratuita y abierta. He faltado solo una vez al laboratorio de arte”, expresó.
Con el tiempo, la biblioteca se convirtió en un verdadero laboratorio creativo donde confluyen distintas disciplinas. Allí descubrió que la música, su pasión, podía dialogar con otras artes como la fotografía, la escritura, el performance y las artes visuales: “En la música puedes hacer videos, portadas, performance, danza. Amo todo eso. Siempre ha sido algo que me ha movido” mencionó.

Luisa Pacheco, usuaria destacada de la Biblioteca Julio Mario Santo Domingo / Foto: Camila Garzón - BibloRed
El acompañamiento del equipo de la biblioteca ha sido clave en su proceso, los mediadores se han convertido en el apoyo que buscaba para crecer artísticamente, “los maestros de acá me han apoyado demasiado. Es un apoyo incondicional. Es lindo ver cómo alguien que ni siquiera te conoce tanto se interesa por tu bienestar”.
Además, en la biblioteca ha tejido amistades que enriquecen su vida cotidiana: jóvenes como ella y también mujeres mayores que participan en los talleres. “Llegar acá y encontrar gente que estaba igual de encerrada en su casa fue mágico. He hecho muchos amigos y siento que este lugar me nutre en todos los sentidos” para Luisa, la biblioteca también transformó su manera de ver la vida.
Laura, hace una invitación para que la ciudadanía forme parte de la oferta cultural de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo de BibloRed: “mucha gente ni siquiera sabe que existen estos talleres. Yo les diría que vengan, porque siempre habrá algo que resuene con ellos. No necesitas ser experto en libros ni en música, solo venir con ganas de escuchar y aprender”.
Consciente de los imaginarios que aún existen sobre las bibliotecas como lugares de silencio y estudio, Luisa destaca su carácter abierto y vivo de los talleres de arte, clubes de lectura, cafés musicales, conciertos y actividades culturales que hacen de la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo un punto de encuentro para toda la comunidad.
Su proyecto Alma hecha paisaje sigue creciendo. Ya cuenta con siete canciones, varias disponibles en plataformas digitales, y su sueño es presentarlas en un concierto donde lo visual y lo sonoro dialoguen. En el proceso ha aprendido a entender la vida, a ver cada día como una oportunidad para crear y agradecer, Luisa cierra la entrevista mencionando “trato de que cada día sea mágico, increíble, y eso lo pongo en mis canciones”.
Para ella, la Biblioteca Pública Julio Mario Santo Domingo no es solo un lugar de talleres. Es un espacio que inspira, impulsa y transforma. En sus palabras, es un refugio donde lo cotidiano se vuelve extraordinario, y donde quienes llegan encuentran, como ella, un sentido para su historia a través del arte.


